En las últimas décadas, el consumo de frutas frescas, verduras, mariscos, carnes y aves en el mundo ha aumentado dramáticamente.
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Mientras tanto, la incidencia de enfermedades transmitidas por los alimentos debido a patógenos alimentarios, productos químicos y desperdicio de agua ha aumentado dramáticamente. Esto continúa atrayendo la atención del público, funcionarios gubernamentales y organizaciones internacionales.
Las pérdidas en la industria de productos frescos atribuibles al deterioro microbiano entre el momento de la cosecha y el consumo se estiman en hasta un 30%.
El cloro se usa comúnmente en la industria alimentaria para mejorar la calidad microbiológica y controlar los patógenos. Sin embargo, muchos estudios indican que la capacidad de matar bacterias en las superficies de frutas y verduras es limitada. Las organizaciones ambientales y de salud han expresado su preocupación por los agentes desinfectantes tradicionales con respecto a la formación de subproductos, como los trialometanos (THM) y otros residuos químicos formados en las aguas residuales devueltas al medio ambiente. La industria de alimentos y bebidas está preocupada por la posibilidad de futuras restricciones regulatorias sobre el uso de cloro como agente de saneamiento.
Salud pública
Se han utilizado grandes cantidades de pesticidas anualmente para controlar insectos en frutas y verduras. Las tecnologías actuales no pueden destruir por completo los residuos químicos en la superficie de frutas y verduras. Estos residuos químicos pueden reaccionar con los pesticidas para formar subproductos químicos. Estos residuos acabarán siendo consumidos por las personas y pueden afectar directa e indirectamente a la salud pública. Una acumulación de productos químicos tóxicos en el medio ambiente ha aumentado el enfoque nacional en el uso seguro de desinfectantes, agentes blanqueadores y otros productos químicos en la industria de procesamiento de alimentos.
La industria de alimentos y bebidas es uno de los mayores e importantes contribuyentes a la economía mundial. También genera miles de millones de litros de aguas residuales al año, con concentraciones muy altas de desechos químicos y orgánicos cada año en todo el mundo. Estas aguas residuales se han relacionado con muchos problemas graves como el cáncer, la muerte de peces, la contaminación del agua, enfermedades psicológicas y fisiológicas y daños al ecosistema. Además, la industria de alimentos y bebidas está pagando altas tarifas y recargos por descargar aguas residuales en sistemas públicos de tratamiento de aguas residuales y aguas residuales.
Seguridad alimentaria
En respuesta a las preocupaciones del público sobre la seguridad alimentaria, Estados Unidos tomó una iniciativa en 1997 para mejorar el sistema de seguridad alimentaria y el medio ambiente del país. Uno de los enfoques para mejorar la seguridad alimentaria fue identificar un desinfectante alternativo para reemplazar los agentes desinfectantes tradicionales que también se pueden usar para tratar o reciclar las aguas residuales del procesamiento de alimentos.
La investigación y las aplicaciones comerciales han indicado que el ozono puede reemplazar al cloro con más beneficios. En 1997, el ozono fue reconocido como Generalmente reconocido como seguro (GRAS) como desinfectante seguro para alimentos por un panel independiente de expertos patrocinado por el Instituto de Investigación de Energía Eléctrica (EPRI). Este reconocimiento fue importante para la industria alimentaria de cara a la iniciativa estadounidense. La industria de alimentos y bebidas está utilizando el ozono con mucho éxito.
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Fuente: Alimentos seguros para el ozono