Los científicos de Estados Unidos han creado superficies metálicas que repelen el agua, ¡en el punto donde las gotas rebotan sin dejar rastro de agua detrás de ellas! Crearon una superficie de platino, titanio y latón utilizando un láser muy potente. Los materiales se limpian automáticamente, ya que las gotas de agua recogen el polvo antes de que rebote.
Esta idea podría tener muchas aplicaciones comerciales, como paneles solares o incluso superficies de inodoros que no se oxidan ni acumulan suciedad. El equipo de investigación es de la Universidad de Rochester en Nueva York y ha publicado su investigación en varias revistas científicas.
En el pasado, los esfuerzos y la investigación se hacían con énfasis en superponer materiales existentes, pero con la creación de un nuevo material, el enfoque es completamente diferente. El material es tan hidrófobo que el agua literalmente rebota continuamente hasta que rueda por su superficie.
El equipo talló rayas en este metal, a una distancia de 0,1 mm entre sí, utilizando pulsos rápidos de un rayo láser que es extremadamente fuerte pero también extremadamente corto: su duración es un porcentaje infinitesimal de un segundo.
De un vistazo, estas rayas parecen estar cubiertas por nanoestructuras que le dan a esta superficie estas asombrosas propiedades. Las gotas que se dejan caer sobre esta superficie desde una altura de 2 cm, rebotan hasta una altura de 5 mm, reteniendo el 30% de su energía. Las gotas que se mantendrán en la superficie después de rebotar, se deslizarán fuera de la superficie a la menor oportunidad.
Esta superficie es más resbaladiza que las conocidas tiras de teflón hidrófobo que utilizan todos los fontaneros. Los investigadores cubrieron algunas muestras con polvo que sacaron de una bolsa de aspiradora. Solo 3 gotas de agua limpiaron la mitad del polvo, mientras que 15 gotas limpiaron por completo toda la superficie dejándola limpia y seca.
Con esta nueva tecnología será posible crear mejores dispositivos de recolección de agua de lluvia o superficies autolimpiables para uso hospitalario, especialmente en países en desarrollo. Por supuesto, para hacer todo esto, esta tecnología primero debe construirse de forma más rápida y económica. En la actualidad, se tarda una hora en construir una pulgada cuadrada (2,5 × 2,5 cm).